JoDiEnDo dEsEoS

JoDiEnDo DesEoS



Cual aroma sangriento en el día
la noche cae sobre tus piernas heladas
en aquel perfume nauseabundo que consumió el atardecer.

El frío gélido de tus manos entibia mi vientre
mientras la locura en mi poder hierbe tus neuronas -hoy soy madre de la demencia- cuando recorro tu trayecto pedregoso;
mi mayor meta es llegar a domar la dureza de tu voluntad
y conseguir que tus acciones sean mis deseos -pero te van a gustar.

La noche, mi mejor maestra, me enseño que envuelta en ella
más una pizca de mi aliento entrecortado puedo conseguir lo que quiero.

Mis manos sangrantes de sudor exploran tu cuerpo
esperando una respuesta,
esperando una rigidez,
sigo bajando hasta el limbo de tu flaqueza;
¿crees que lo haré?... ¡No!... aún no,
primero tienes que hacer algo por mí -sentir.

La sombra azul de tu cuerpo encaja en el rubor del silencio
mientras tus sueños húmedos me los debes a mí.
Comienzas a reaccionar,
comienzo a sentirte,
creo que comienzo a sentirlo;
solo no debo caer en el calor y todo estará bien... muy bien.

Comienzas a quitarle el vestido a mi pudor,
le estás arrancando el corazón a mi decencia;
¡DETENTE!... PERO YA NO PUEDES... y yo tampoco;
ya me envolviste en ti,
ya comienzo a pecar; pero ¡no!
no puedo ceder hasta que me des lo que quiero,
no cederé hasta arrancarte el corazón...
hasta saciarme de el...
pero ¡detente!
esta sensación que me estas causando está jodiendo mis deseos.